Dr. Juan de Dios Pérez Bruzón
Siempre he dicho que yo no llegué al linfodrenaje, el linfodrenaje llego a mí. Desde niño he visto como esta maravillosa técnica conseguía cambios asombrosos a través de las manos de mi madre. En su pequeño gabinete de estetica en casa, era capaz de mejorar tratamientos y potenciar sus resultados con esas sutiles y, aparentemente, pequeñas tracciones sobre la piel.
Cuando inicié mis estudios de fisioterapia, supe desde del principio que el linfodrenaje seria uno de los pilares de mi profesión, por eso mismo, siguiendo el consejo de esa linfodrenajista, que conseguía milagros en su gabinete, acudí a la fuente, Ilona Rosvaenge, introductora del método Vodder en España y alumna directa del propio Emil Vodder. Ella fue mi mentora y la que me animó a convertirme en profesor del método Vodder original y su delegado en la región centro de España.
Ahí, me nutrí de todo el conocimiento, la experiencia y la sensibilidad que mi maestra aportaba a ese gran método, permitiéndome cursar el curso de especialista en linfodrenaje manual Vodder a la vez que terminaba mi carrera. Sin embargo, esa dualidad empezó a generarme dudas, entre lo aprendido en mi carrera sanitaria y lo aprendido en el curso de Vodder sobre la anatomía y la fisiología linfáticas y en su forma de trabajarlo.
Por eso, estudié otros métodos de drenaje linfático, hice más formaciones a la vez que aumentaba mi experiencia con el linfodrenaje y observaba los cambios en mis propios pacientes. Cuando cursé el Master en Fisioterapia manual, profundicé en mis conocimientos en todos los tejidos del sistema músculo esquelético y sobre todo en uno… el tejido neural.
Estos conocimientos me ayudaron a entender la funcionalidad profunda del sistema linfático, dándome respuesta a las dudas que siempre preguntaba y que nunca resolvía. La relación hasta entonces “mística” del drenaje linfático y los cambios tan globales que generaban, por fin tenían respuesta cuando ves la conexión entre la función de los linfangiones con el sistema nervioso parasimpático.

LA INSPIRACIÓN DEL LINFODRENAJE IBRUZ CONCEPT
Durante mis 20 años de experiencia como profesor fueron surgiendo cada vez mas dudas y frustraciones que me limitaban a la hora de transmitir y enseñar el linfodrenaje manual como consideraba que debía hacerlo, ya que la evidencia científica me respaldaba.
Mi objetivo siempre fue actualizar y modernizar al método Vodder, sin embargo, me encontraba siempre con la misma resistencia. Dentro del propio método se me exigía que enseñara la técnica tal y como Vodder la diseñó hace 89 años. Esto me limitaba a seguir protocolos estrictos que no me permitían innovar y que chocaban con los nuevos conocimientos anatómicos y fisiológicos que había traído al método.
Pero fue gracias a las palabras del propio Emil Vodder que decidí transgredir el Sancta Santorum de la técnica y modificar sus protocolos cuando leí esta frase.
“Un buen linfodrenaje se consigue cuando una buena mente, guía a una buena mano”
Emil Vodder
Esta frase me dio alas para comprender que lo principal para realizar un buen linfodrenaje era primero entender el funcionamiento del sistema linfático y después desarrollar una técnica guiada por ese conocimiento y no por protocolos cerrados y carentes de sentido fisiológico y terapéutico. Gracias a esas palabras pude empezar a crear mis propias formaciones y enseñarlas con los criterios y el rigor que la evidencia científica me daba. Mejoré la metodología de la enseñanza y empecé a alejarme de los protocolos cerrados.

Según iba creando mi método otra frase caló en mí ya que me marcó el camino de hacia donde debía dirigirse mi enseñanza.
de lo que has enseñado.”
Ortega y Gasset
Por tanto, al igual que yo pasé por un proceso de estudio e investigación debía animar a mis alumnos a hacer lo mismo, a no conformarse con lo aprendido, a tener esa inquietud de seguir aprendiendo, de seguir buscando respuestas cuando no las recibieran ni siquiera de mí. Esa iniciativa propia e individual que haga que los linfodrenajistas del The Ibruz Concept sean siempre profesionales comprometidos con crear nuevos tratamientos, de mejorar los conocimientos ya aprendidos y salir de su área confort rompiendo las normas si fuese necesario.
Y en medio de esta reflexión apareció un artista universal para reforzar mi argumento, para darme la señal de que mi planteamiento y enfoque de linfodrenaje era el correcto.
“Aprende las normas como un profesional, pero luego romperlas como un artista”
Pablo Picasso
Estas tres frases de grandes personajes que han marcado de algún modo un cambio en nuestra forma de entender el mundo y nuestra sociedad son los que definen de donde surge este nuevo Concepto, esta nueva forma de entender y aprender una técnica tan efectiva como amorosa y darle el lugar que se merece en la historia y la mejor forma de hacerlo es a través de la formación de grandes profesionales que transmitan lo aprendido a través de sus manos a sus pacientes.